viernes, 19 de enero de 2007

Escuchamos la risa de Antonio Llido en este verano del 2007.

Hacía rato que Gladys, integrante de la agrupación Antonio Llidó de Quillota había planteado el tema de actuar tal y como Antonio se habría comportado al saber que muchos niños, no solo pasan hambre y no tienen el cariño en sus hogares, sino que son los despreciados del sistema, los eternos olvidados, ellos no pueden opinar y más encima no son votantes, así que sus pequeñas vidas transcurren haciéndole el quite a los innumerables obstáculos para ser felices.

En la Agrupación Antonio Llido, todos estaban de acuerdo, pero la acción se demoraba y un grupo de mujeres (¡ otra vez las mujeres !) decidieron juntar unos pesos y con contactos y amistades, ubicaron primero a una Señora que intenta proteger a niños en la Población Aconcagua Sur, conocieron de otros pequeños en La Tetera que estaban necesitados de afecto y lo demás es lo que habría hecho el cura Antonio….

La Parcela era más linda de la que le habían comentado a los niños, había una gran piscina, prados y en el refrigerador bebidas heladas, siete mujeres cuidaban a más de una docena de niños y niñas, les prepararon sus comidas, golosinas, jugaron con ellos una carrera de ensacados que sacaba alegres risas por allá en el sector de Boco. En la tarde llegaron los dueños de casa, con sus niños y otros primos que lejos de separarse de estos invitados, se metieron a la piscina a compartir y seguir riendo.

En la tarde un regalo -para ellos-, una toalla con diseños y colores, para ellas muñecas, como no acordarse del cura Toño cuando decía que a veces hacer este tipo de actos puede llegar a ser una maldad, por que esos niños luego de disfrutar, ser atendidos, reír, comer, recibir regalos, tienen que volver a sus casas, pero ese es el desafío que cada niño y niña de este país tenga las opciones y oportunidades para ser feliz.

Gladys, Angelita, la Panchita, la Mimí, Irene, Marilúz, Marcela y Teresita, transitaron por esas avenidas de la solidaridad y compromiso, algún día estos niños recordarán que fueron atendidos como personas y en sus sueños infantiles esperarán más días como estos. Este verano es importante no solo para estos niños que mañana serán hombres y mujeres con recuerdos imborrables ya que en cada buena acción que vean o sientan, se acordarán de un cura que intentaron hacerlo desaparecer pero que renace cuando se escucha sonreír a los más necesitados.
Fernando Orellana

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola!

Le cuento que hice una página sobre el cura Llidó en Wikipedia, pero aún está muy pequeña (no es más que un esbozo).

http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Llid%C3%B3_Mengual

En wikipedia cualquiera que quiera puede cooperar. Sólo hay que hacer un clic en la pestaña de arriba que dice "editar". Se puede editar sin estar registrado

eso

buen blog