viernes, 23 de octubre de 2009

LA ESTATURA DE UN GIGANTE

Miles de años de civilización para habitar un mundo mejor, claramente han sido insuficientes. Por ello es que las luchas que esta generación al igual como la vivieron otros, será tomada por otras manos. Por que estos son anhelos y sueños compartidos, por todos aquellos que cuando ven injusticias sienten que el mecanismo sigue funcionando mal. Por esta y otras razones sigue siendo bandera de lucha y reivindicaciones y va pasando de mano en mano para alcanzar algún día un planeta y por cierto un país mejor. Pero para que ello ocurra se requiere bastante más que la comprensión, se necesita la valentía para hacerlo. Cuando muchos asumen este compromiso se generan los cambios que permiten avanzar en el anhelo de que la sociedad en su conjunto, viva mejor.


Marcelino era de aquellos que hicieron mucho para que otros vieran en su ejemplo, como ayudar a la sociedad. Lo hizo desde su condición de obrero industrial. Allí egresó de hombre, frente a sus compañeros, a las autoridades y frente a la sociedad, en el gobierno de la Unidad Popular, Marcelino era un referente y un símbolo en la lucha social.


Este hombre menudo, soportó la represión con el rostro levantado, el llamado a la gobernación para notificarles de su detención queda grabada por sus compañeros como un acto de gran simbolismo ya que la autoridad militar considera a estos trabajadores los mas representativos dirigentes de la provincia, algunos de ellos se encuentran hoy junto a nosotros.


Más tarde el Lebu y su compañía en esa nave junto con el compañero Manzano, recordando a su familia y los desvelos por su causa estaban pasando, desde hace pocos años lamentaba haber perdido una medalla con la figura de la virgen que su madre le había regalado, aquella imagen que el chico manzano le tuvo que tirar desde la escotilla del Lebu por que se le había quedado en la bodega prisión del Lebu, mas tarde la pampa nortina en el campo de concentración de Chacabuco, luego la estadía en la cárcel de Valparaíso con algunos de los aquí presentes, luego lo más duro, la cesantía y el inmenso amor por su Angelita y sus hijos y quedarse a vivir en Chile.


Es quizá en esta parte de su vida que Marcelino comienza a adquirir una estatura de gigante, en el silencio, en sus comportamientos férreos hasta el final de sus días, la solidaridad y quizá un poco más allá de lo que decía el padre hurtado, solidaridad hasta un poco más allá del dolor.


Pásale algo Angelita al compañero, era su frase recurrente, almorzó el amigo?, Angelita pásele esas paltas a Fernando que ya nosotros tenemos, para sus nietos un caramelo, unos pesos, nadie podía pasar cerca de él que no recibiera, incluso una buena broma para hacernos reir. Esa era su actitud frente a la vida, frente a los niños en problemas, mujeres embarazadas, enfermos, nada escapaba a su compromiso por ayudar al próximo. De antología fue cuando ingresó al gremio del comercio, terminaba comprando para regalar…en eso fue un fracaso total.


No es casualidad que tantos nos encontremos en esta despedida o mejor dicho a la bienvenida, por que Marcelino nos seguirá hablando, su ejemplo es el de un Gigante que se empina por sobre nosotros para señalarnos como un faro, sabía donde dirigir los esfuerzos por tener esa sociedad mejor que junto a nosotros compartimos.


Los últimos meses ahí al lado de su cama apreciamos su verdadera estatura, ahí sus hijos se reencontraron con otro hombre, ya no solo el de los cariños y arrumacos, al hombre que también sabía hacer reír y regalonear a sus nietos, allí lo vieron acercarse al Cura Toño, junto a él sintieron que nunca había caminado solo, ahí se encontraba Con Ángel Díaz, con el Simón, con Manzano, con Mario mantequilla Hurtado, ellos ya le estaban echando mucho de menos y finalmente partió en este otro viaje.


Amigo y compañero, nos dejas un dolor muy grande y desolados, no solo a tú familia y como decía Nicanor por su hermana violeta, ¿Dónde encontraremos un hombre como tú?, con tu sencillez de hombre de campo eras capaz de ilustrarnos y darnos orientación sobre las cosas más complejas de la vida, ahora iremos a la tumba donde tantas veces te hicimos discursos, tú reías y Angelita se enojaba, pero ya sabías que otra cosa iba a ser con guitarra, ahora después de los discursos tendremos alegría, pero también mucho dolor por tu partida.

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